El pasado mes de marzo se aprobó y entró en vigor la Ley Orgánica 2/2022, de 21 de marzo, de mejora de la protección de las personas huérfanas víctimas de la violencia de género.
Eran múltiples los problemas legales y burocráticos que se planteaban para los huérfanos de violencia de género y que pretende resolver esta ley.
De este modo, desde el 23 de marzo, los huerfanos tendrán derecho a una pensión de orfandad aún cuando sean acogidos o adoptados por familiares o terceros, si bien con unos limites de renta en la unidad de convivencia. Tambien tendrán derecho a su pensión de orfandad, cuando la muerte violenta de la madre se hubiera producido por agresor diferente al progenitor y este se hiciera cargo de los huérfanos de madre, con unos limites de renta en la unidad de conviviencia.Tambien se introduce la presunción de abandono en los casos en el que padre esté desaparecido, a los efectos del reconocimiento de una orfandad absoluta.
Y se introducen importantes modificaciones en la Ley de Enjuicimiento civil, para facilitar y agilizar la intervención de los huérfanos en la herencia de la madre, el cobro de las indemnizaciones civiles derivadas del delito así como la regulación de exenciones y beneficios fiscales.
«Desde 2013, más de 300 menores han quedado huérfanos como consecuencia de crímenes de violencia de género. Solo en 2020, la cifra fue de 26. A buen seguro, estas cifras aumentarían si incluyesen las huérfanas y huérfanos mayores de edad, de los que,a día de hoy, no existen estadísticas oficiales.
Tras los crímenes, la situación de especial vulnerabilidad de estas huérfanas y huérfanos, caracterizada por el entorno de violencia en el que viven, que condiciona su bienestar y desarrollo, pudiendo llegar a causarles serios problemas de salud, se ve incrementada por cuanto no solo pierden a sus madres a manos de sus padres, sino también a estos, como consecuencia de sus penas de prisión, lo que les deja sin sus dos máximos referentes, con el impacto psicológico y emocional que ello conlleva.(…) « (extracto del Preámbulo de la Ley Orgánica 2/2022, de 21 de marzo, de mejora de la protección de las personas huérfanas víctimas de la violencia de género.)