La franquicia es un modelo de negocio que se puso muy de moda a principios de este siglo: garantizaba beneficios y el respaldo de una gran empresa/marca detrás para la puesta en marcha del negocio.
La idea pinta bonita pero, con el devenir de los años, hemos visto como las franquicias se han convertido en un gran negocio para el franquiciador: expande el negocio y marca sin asumir ningún riesgo, este lo asume, en la mayoría de los casos, el franquiciado.
De tal modo que muchos franquiciados arruinados, han decido demandar o denunciar a su franquiciador: supermercados Día, restaurantes Lizarran, Carrefour Express, 100 Montaditos……

El contrato de franquicia viene preestablecido por el franquiciador, con lo que el margen de negociación es casi inexistente: el suministro de mercancía lo controla el franquiciador así como el precio de venta, lo que puede llevar a la asfixia económica del franquiciado y cuando este quiere traspasar el negocio, nuevamente interviene el franquiciador impidiendo el traspaso del negocio. En los casos más extremos, incluso el franquiciador impone el precio de los suministros de electricidad, agua, telefonía-internet.

En alguno de estos supuestos, el esquema es el básico de la estafa: promesas de beneficios sin riesgos, pero adelantando una cantidad de dinero para poner en marcha tan extraordinario negocio……pero los beneficios nunca llegan y los riesgos los asume el franquiciado. Todo ello con un amplio despliegue de marketing de la marca a franquiciar que consigue atrapar franquiciados.

Antes de firmar un contrato de franquicia o si se encuentra en la situación de arruinado por la franquicia,consulte con nuestro despacho.

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