Ante la lentitud o desidia de los Estados en la adopción de medidas urgentes que limiten las emisiones de gases de efecto invernadero y la protección eficaz del medio ambiente, los consumidores se han eregido en un nuevo poder catalizador de medidas de protección ambiental: los grandes supermercados europeos empiezan a exigir a sus proveedores buenas prácticas agrícolas y respetuosas con el medio ambiente y si bien dentro de España,consumo interno,  pudieran no ser relevantes esos grandes supermercados alemanes o británicos , sí que los son a efectos de las exportaciones a Europa de productos agrícolas españoles.
Los delitos medioambientales del Código penal español y su persecución, no están teniendo ningún efecto disuasorio. Y prueba de ello es, el desastre ecológico del MAR MENOR en Murcia, que ha vuelto a colocar a los empresarios agrícolas españoles en el punto de mira.
Negar la mayor es pan para hoy y hambre para mañana, porque no impedirá que la imagen de calidad en los productos se vea empañada y que  cada vez se exporten menos productos agrícolas desde España y en resumen, vaya perdiendo fuerza un motor de la economía española; la adopción de medidas respetuosas con el medio ambiente, un uso racional del agua y la eliminación de residuos de forma ecológica,son la única vía para la supervivencia y competitividad del sector agrícola español.
Los consumidores, cada vez más concienciados con el medio ambiente, así lo reclaman.

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